A Gianna le afectó mucho la separación de sus padres. Que su padre se casara y empezara una nueva vida con la madre de Walter la marcó. Ahora desconfía de todo y, sobre todo, de las personas buenas que parecen que nunca te van a traicionar y, cuando lo hacen, no eres capaz de asimilar el dolor que no esperabas. Ha evitado a su padre muchos años. No puede retrasarlo más y decide ir al pueblo, dónde ahora vive con su madrastra, a arreglar las cosas... o, a por lo menos, intentarlo. Y allí está Walter, un chico tan guapo e increíble como bueno. No es su tipo, pero se ve irremediablemente atraída por ese chico de ojos azules y sonrisa tan dulce. Walter es muy especial, el amigo que nunca ha tenido, el amante que desea y el novio perfecto que no quiere tener.